_2009
El ser humano siempre se ha esforzado por encontrar y representar los elementos que constituyen su entorno, puesto que él mismo es uno de estos elementos.
Para el griego Tales el elemento básico era el agua; para Anaxímenes, el aire; para Pitágoras, los números; para Heráclito, el fuego; y para Empédocles el conjunto del agua, el aire, el fuego y la tierra. Estas ideas y otras más han llegado hasta nuestros tiempos.
El ser humano conoce todos estos elementos de la naturaleza, los contrasta, los representa, los imita y, asimismo, constituyen parte de nuestra cultura.
En este sentido, son elementos que los hemos transformado en herramientas del quehacer diario, en elementos de juego, de debate, en objeto de protección, de estudio, en profesión, en elemento de discordia, de lucha, de cuentos, de arte... Pero no nos olvidemos de que son junto con el ser humano elementos de todo un complejo y que la reducción de cualquiera de ellos provocará un desequilibrio en el entorno y, en consecuencia, en el propio ser humano.
Según los filósofos de la antigüedad toda transformación de la VIDA depende de la presencia de dos fuerzas supremas: atracción-repulsión, amor-odio, armonía-desarmonía.
Sigamos buscando ese equilibrio entre las dos fuerzas y que éste nos sirva para disfrutar de la vida.
Jokin Bildarratz
Alcalde de Tolosa
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Invitación conferencia Luis Rojas Marcos
_Prensa
Diario Vasco 12.04.09Diario Vasco 18.04.09
Diario Vasco Tolosa 12.04.09Diario Vasco Tolosa 17.04.09Diario Vasco Tolosa 18.04.09
Noticias de Gipuzkoa 17.04.09Noticias de Gipuzkoa (Portada) 18.04.09
...el pensamiento ecológico, si es que conseguimos que comience a caminar, aspira, por pura coherencia con los presupuestos básicos de la ecología, a ser nexo, a interconectar las tendencias, ideologías, opciones políticas y hasta las sencillas aficiones y las grandes líneas de una filosofía que anda ahora en ciernes.
Joaquín Araujo
Y la destrucción de la Naturaleza no es solamente física, sino una destrucción de su significado para el hombre, una verdadera amputación espiritual y vital de éste. Al hombre, ciertamente, se le arrebata la pureza del aire y del agua, pero también se le amputa el lenguaje, y el paisaje en el que transcurre su vida, lleno de referencias personales y de su comunidad, es convertido en un paisaje impersonalizado e insignificante.
Miguel Delibes
Si supiera que el mundo se ha de acabar mañana, yo hoy aún plantaría un árbol.
Martin Luther King Jr.